El tumor sólido más frecuente en niños se ubica en la región del cerebro. Su extirpación es un paso fundamental para continuar con tratamientos de quimioterapia y radioterapia de cara a la recuperación.
El servicio de Neurocirugía del Hospital Garrahan realizó esta semana una resección completa de un tumor cerebral, un procedimiento clave para el tratamiento integral de pacientes con este tipo de cáncer.
Los tumores sólidos más frecuentes en niños se alojan en la región del cerebro. En algunos casos, la formación tumoral puede obstruir la circulación normal del líquido cefalorraquídeo y provocar un agravamiento rápido del cuadro clínico, lo que a veces requiere un drenaje previo para aliviar la presión intracraneal.
“La neurocirugía es el procedimiento inicial y crucial para este tipo de casos. El trabajo que llevamos los neurocirujanos es la remoción, en este caso completa, de un tumor maligno ubicado en una de las zonas más críticas del cerebro, en la región posterior de la cabeza”, describió Javier González Ramos, jefe de Neurocirugía del Hospital.
“Es un primer paso para el tratamiento de tumores sólidos que luego debe completarse con quimioterapia y radioterapia”, agregó el profesional.
En la cirugía se coloca al paciente boca abajo y se le hace una incisión en la nuca, una especie de ventana amplia en el hueso. Se abre la duramadre, membrana que cubre todo el cerebro, y se localiza el tumor para resecarlo mediante aspiración o pulverización (aspirador ultrasónico), si está muy adherido. Todo el procedimiento se realiza bajo microscopio quirúrgico para evitar dañar las zonas más delicadas.
El pronóstico a largo plazo depende de varios factores, como la edad del paciente al momento del diagnóstico y las características moleculares y la subclasificación del tumor. Los médicos indican que, si se realiza una resección completa o casi completa en un paciente mayor de tres años, la probabilidad de sobrevida es del 70%.