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El área se ubica entre las mejores posicionadas del mundo de acuerdo con los estándares internacionales de sobrevida de pacientes quemados. Abordaje interdisciplinario, cirugías y balneoterapia, son la base del trabajo diario. La importancia de prevenir las quemaduras.  

La unidad de Quemados del Hospital Garrahan posee un índice de sobrevida del 88 al 97 por ciento en niños con quemaduras graves y críticas, lo que la ubica entre las más destacadas del mundo según los estándares internacionales. 

“Estamos orgullosos por el trabajo de nuestra unidad. Los resultados son producto del abordaje interdisciplinario durante años, donde se elaboran y conviven estrategias complejas de tratamiento”, dijo Santiago Laborde, jefe de clínica de Cirugía Plástica y coordinador de la parte quirúrgica de la unidad. 

Entre las técnicas desarrolladas, se destaca la implementación temprana de procedimientos quirúrgicos y kinésicos y la prevención precoz de secuelas. “En el Hospital, nuestros pacientes no se van de alta hasta que no tienen resuelta al menos las dificultades funcionales”, resaltó. 

La unidad cuenta con camas de cuidados intensivos e intermedios para alrededor 80 niños, organizadas por gravedad, extensión y profundidad; pueden ser graves o críticas. También se tratan pacientes con heridas de otro tipo de patologías complejas, sin quemaduras.  

Los niños suelen permanecer internados en el Hospital por un tiempo prolongado, según el grado de la quemadura. Cuanto más grave, mayor es el número de cirugías que requieren. Habitualmente, ingresan a quirófano entre dos y tres veces por semana. Las intervenciones quirúrgicas más frecuentes son la escarectomía y desbridamiento que consisten en eliminar la piel y los tejidos quemados y en el autoinjerto de piel utilizando la piel sana del mismo paciente, respectivamente. 

Posteriormente, el equipo de enfermería acompaña a los pacientes en la recuperación y rehabilitación. “Los baños son un desafío distinto para cada paciente porque se ven sus heridas, secuelas y padecen dolores”, describieron las profesionales, quienes los acompañan y los ayudan proponiendo juegos, mostrando videos y respetando los tiempos de cada chico. 

“Es una forma de reconstruir vidas. Nos impulsa una profunda pasión a nuestra profesión. Somos el puente entre el paciente, su familia y los médicos. La vocación crece con cada gesto, palabra de aliento e intervención que alivia el dolor y la angustia”, agregaron. 

Por otra parte, Laborde explicó que después del alta el rol de la familia es fundamental. “Deben entender, ayudar y adaptarse sin ser tan permisivos porque puede ser contraproducente. Los adolescentes suelen tener consecuencias psicológicas mayores, producto del nivel de exposición y la importancia que le dan a la imagen. Los chicos tienden a esconder las cicatrices y a esconderse ellos”, describió. 

El abordaje es interdisciplinario y participan terapistas intensivos, clínicos pediatras, infectólogos, kinesiólogos, enfermeros y profesionales de salud mental, servicio social, infectología, nutrición, hemoterapia y banco de tejidos, entre otros. 

Prevención y acción 

En Argentina todos los días un niño sufre quemaduras. En el 90 por ciento de los casos ocurren dentro del hogar. Por eso, los médicos de la unidad de Quemados destacan una serie de indicaciones para prevenir este tipo de incidentes. 

  • Mantener a los niños alejados de fuentes de calor, elementos calientes como horno, plancha y estufas, encendedores y líquidos inflamables 
  • No servirles alimentos ni bebidas muy calientes 
  • Cocinar en las hornallas traseras 
  • No secar la ropa en las estufas    

Ante un caso de quemadura, se recomienda concurrir a un centro de salud de forma inmediata cuando la lesión es del tamaño de la palma de la mano o más grande. Mientras tanto, se sugiere colocar inmediatamente gasas embebidas en agua fría de forma intermitente, desplazándolas por toda la superficie de la herida. No es correcto colocar hielo ni sumergir el cuerpo completo en una ducha de agua fría. En una primera instancia, suelen ser más dolorosas las quemaduras superficiales que las profundas.